Peudociencias: Reiki y su impacto en la salud contemporánea

reiki

¿Alguna vez te has encontrado con alguien que te asegura que alinear tus chakras con reiki curará todos tus males? O tal vez has oído que el yoga no solo flexibiliza tu cuerpo sino que también puede flexibilizar la realidad para curar enfermedades. Bueno, es hora de poner los pies en la tierra y hablar de reiki y yoga: ¿son realmente técnicas de salud revolucionarias o estamos flotando en un globo de pseudociencias?

Antes de que te pongas en posición de loto y respires profundamente buscando la iluminación al final de este texto, vamos a ser claros: aquí no encontrarás incienso ni campanillas, sino una dosis de realidad con una pizca de sarcasmo sobre el impacto de las pseudoterapias en la salud contemporánea. ¡Ah! Y si estás esperando que te diga que tocar una campana ahuyentará tus problemas de salud, pues tengo una noticia: la única campana que escucharás es la de la ciencia llamando a la puerta del sentido común.

¿Qué son las pseudoterapias y cómo nos afectan?

Las pseudoterapias, queridos amigos, son como aquel familiar que insiste en que sabe más que el médico porque ha leído tres artículos en internet. Vienen disfrazadas de soluciones milagrosas, prometiendo curas sin esfuerzo y sin base científica. El reiki, por ejemplo, es esa práctica donde te ponen las manos encima (sin llegar a tocarte, claro está) y dicen transferirte energía universal. ¿Suena bien, verdad? Pero esperemos a ver qué dice la ciencia.

Por otro lado, el yoga ha trascendido su origen espiritual para ser promovido a veces como una terapia alternativa capaz de curar lo incurable. Aunque tiene beneficios comprobados para la salud mental y física, algunos lo elevan a un estatus casi divino, olvidando que no sustituye tratamientos médicos convencionales.

La influencia de estas prácticas es más seria de lo que parece. No solo pueden ser una pérdida de tiempo y dinero, sino que también pueden alejar a las personas de tratamientos efectivos y, en casos extremos, poner sus vidas en riesgo. La pseudociencia, en resumen, es jugar a la ruleta rusa con la salud.

¿Cómo distinguir entre ciencia y pseudociencia?

Si te estás preguntando cómo distinguir entre un tratamiento real y uno que solo va a aligerar tu cartera, aquí tienes la clave: la evidencia científica. La ciencia se basa en pruebas, en estudios, en resultados reproducibles y verificables. La pseudociencia, en cambio, se basa en anécdotas, testimonios y una buena dosis de efecto placebo.

Por ejemplo, si te dicen que el reiki puede curar tu dolor de espalda porque alguien conoce a alguien que dejó de tenerlo, eso no es evidencia, eso es chisme. En cambio, si un estudio doble ciego muestra que un medicamento es efectivo, eso sí es ciencia.

La ciencia se cuestiona a sí misma constantemente y cambia con nuevas evidencias. La pseudociencia, por otro lado, es como esa persona terca en una discusión que, aunque le demuestres que está equivocada, sigue insistiendo en que tiene razón.

El impacto de las falsas terapias en la salud pública

El crecimiento de las pseudociencias es una preocupación para la salud pública. No es solo que la gente gaste dinero en humo, es que este humo puede ser peligroso. La promesa de una cura fácil puede ser tentadora, pero cuando se trata de salud, no hay atajos milagrosos.

Además, estas prácticas pueden causar daños indirectos, como el rechazo a tratamientos médicos efectivos o el retraso en la búsqueda de ayuda profesional. Es como estar en un barco que se hunde y en lugar de usar un salvavidas, te ofrecen un flotador de patito de hule.

En un mundo ideal, todos seríamos inmunes a la charlatanería. Pero la realidad es que las pseudoterapias se aprovechan de la vulnerabilidad y la esperanza de las personas, especialmente de aquellas que enfrentan enfermedades graves y que buscan desesperadamente una solución.

¿Por qué algunas personas prefieren las terapias alternativas?

Las terapias alternativas tienen su encanto, ¿verdad? Una sesión de reiki suena mucho más relajante que una fila en la sala de espera del doctor. Y aquí radica una de las razones por las que algunas personas se inclinan hacia ellas: la experiencia personalizada, el trato más humano y la sensación de ser escuchados y cuidados.

Además, el escepticismo hacia la industria farmacéutica y los sistemas de salud sobrecargados empuja a las personas hacia alternativas que parecen más "naturales" y "menos invasivas". Es como cuando eliges el camino pintoresco en lugar de la autopista: puede parecer más agradable, pero no necesariamente es el más rápido o seguro.

El deseo de control sobre la propia salud y la búsqueda de una cura integral, que abarque tanto el cuerpo como el espíritu, también juegan un papel importante. Es comprensible, pero no debemos olvidar que el bienestar emocional no reemplaza la eficacia médica.

La postura del gobierno ante las pseudociencias

El Gobierno español, en un intento de proteger a sus ciudadanos de los peligros de la pseudociencia, ha tomado cartas en el asunto. Se han catalogado numerosas técnicas como carentes de base científica, y se busca regular tanto la publicidad como los centros que las promueven.

Con campañas como #CoNprueba, se promueve el pensamiento crítico y se ofrece información fiable. Es como decir: "Vale, puedes creer en unicornios si quieres, pero no esperes que el gobierno pague por tu búsqueda de ellos".

La iniciativa busca salvaguardar la salud pública y asegurar que los ciudadanos reciban tratamientos basados en la ciencia, no en la magia. Y aunque algunos puedan verlo como una restricción a la libertad de elección, al final del día, la responsabilidad del gobierno es proteger la salud de la población, no alentar la venta de espejismos.

¿Qué acciones se están tomando contra la publicidad engañosa?

La batalla contra la publicidad engañosa es como un juego de whack-a-mole: golpeas un anuncio falso aquí y otro aparece allá. Sin embargo, el gobierno y diversas organizaciones están poniendo esfuerzos en regular y sancionar la publicidad que promueve las pseudociencias.

Se están tomando medidas para asegurar que los mensajes publicitarios relacionados con la salud sean claros, veraces y no induzcan a error. Esto significa que si alguien quiere vender una técnica que supuestamente cura todas tus dolencias, tendrá que probarlo con evidencia y no solo con palabras bonitas.

Las campañas gubernamentales contra pseudociencias están diseñadas para educar a la población y promover una toma de decisiones informada. Es como un padre que te advierte de los peligros de aceptar caramelos de extraños, pero en este caso, los caramelos son terapias sin respaldo científico y los extraños, vendedores de ilusiones.

Al final del día, la responsabilidad de nuestra salud no solo recae en los médicos y en el gobierno, sino también en nosotros mismos. La próxima vez que alguien te ofrezca una solución milagrosa para tus problemas de salud, recuerda que si suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea. Y ahora, te dejo para que continúes tu búsqueda de la salud... pero con los pies firmemente plantados en el suelo de la realidad.

MikeBlacK

Licenciado en Física y Debatologia por master de UNED. (No grado) Dedicación plena a la informática. Y divulgación científica como hobbie :-)

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